LA AYUDA
Ayer viajando en el tren, vi una secuencia de lo más cotidiana.
Frente a mí un joven,con mochila y apuntes en mano, dormitando con el movimiento.
Nos vamos aproximando a la próxima parada del trayecto. El chico se despierta, mira a su alrededor, se levanta, coloca sus apuntes minuciosamente dentro de la mochila, la cierra cuerda por cuerda. Todo esto con una tranquilidad y lentitud insuperables.
Yo observo con muchísima curiosidad ,creyendo que en su intención no estaba bajar en este lugar.
Para sorpresa de mi mapa mental. Si era su destino. Y no digo que esté bien ni mal. Lo que si que es
cierto que me hizo pensar muchísimo.
Ya se escucha el sonido de cierre de puertas, cuando decide correr. Entonces, hay una persona cercana a las puertas, que acababa de entrar.
Se pone en medio de las puertas para que no se cierren, estas se cierran y le atrapan el pie.
Aquí es cuando me invadieron un montón de preguntas.
¿Realmente esta persona ayudó a este muchacho? ¿No hubiera sido de más ayuda que hubiera ido hasta la próxima parada y hubiera aprendido de la experiencia.?
¿ Que hizo que esta persona, decidiera poner el pie, entremedio de las puertas?
¿ Que hizo que otra persona tuviera que ayudar a esta a poder sacar el pie?
Lo que está claro es que me hizo cuestionarme, las muchas veces que me siento tentada a ayudar a otros, sin que estos me lo hayan pedido.
Realmente lo estoy haciendo para sentirme bien, Aunque al tiempo estoy interrumpiendo el movimiento de que el otro pueda darse cuenta de cuales son sus equivocaciones y cuales son sus recursos para solventarlas.
Así que no sé lo que yo hubiera hecho,ante esta situación si hubiera estado cerca de estas puertas.
Quizás lo mismo.
Pero lo que sí que sé es que muchas veces LA MEJOR AYUDA ES NO AYUDAR
Confiando que el otro lo conseguirá . Y por supuesto que si pide ayuda porque no puede solo, y en mí hay algo que sí necesita . Aquí me encontrará.
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