Algunas veces, tras la muerte de un ser AMADO, se siente una ruptura interna.
Algo cruje, algo se rompe en el corazón.
Se comenta que para atravesar el duelo completo hay que pasar por diferentes fases.
Negación- Rabia- Dolor,dolor,dolor y al final aceptación y amor.
Aún así para llegar a la aceptación hay que transitar un camino difícil e intenso.
Además de que damos pasos de avance también los damos de retroceso. Y cuando creíamos tenerlo superado nos damos cuenta de que aún no es así. El único camino es pasarlo, y no postergarlo.
Hay personitas que sin darse cuenta y sin sentirse muy arraigadas a la vida, quisieran irse con el que ha marchado.
Aquí hay que ser fuertes y valientes para decir: YO ME QUEDO AQUÍ. En la vida, en la luz, en el amor y en el gran regalo que es VIVIR Y SER.
Lo que ayuda aquí es darse cuenta de que ese ser querido que ha marchado, si aún estuviera aquí y nos viera, desearía que VIVIERA y que disfrutara muchísimo del tiempo que me quedara de estar aquí.
Y sobre todo que respetara su vida y su destino tal como ha sido, con su forma de vida y con su muerte también.
Así que digo con amor: YO ME QUEDO AQUÍ, TE PONGO JUNTO A MI CORAZÓN Y SIGO
y sobre todo GRACIAS POR LO COMPARTIDO
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