Dos de los momentos en los que me he sentido más en conexión con la vida, han sido los momentos en los que me he dado cuenta de los sentimientos que estaba sintiendo.
El primero fue la auténtica alegría y amor que sentí en el momento del nacimiento de los hijos que hemos tenido mi pareja y yo.
Y el segundo el fallecimiento de mi padre y los días posteriores.
Me fui dando cuenta que en los momentos que estaba alegre y feliz, las personas se me acercaban y parecía fácil que se relacionaran conmigo. Se contagiaban y querían estar conmigo.
Otra historia pasó, cuando estaba en pleno proceso del duelo por la pérdida de mi padre, abuelo de mis hijos, marido de mi madre y padre de mis hermanos.
Aquí me encontré con dos posturas: - La de los que querían alejarse a toda costa porque era duro.
- Y la que pretendían salvarme del dolor, animándome y haciéndome reír.
En ambos casos observé que yo si les importaba y que me querían . Por supuesto que lo valoro.
Aunque en el fondo lo que pienso es, que necesitaban evitar ver el dolor reflejado en mi, ya que les mostraba lo que algún día ellos sentirían o habían sentido.
Así que diré y desde mi modesta experiencia personal, que la tristeza y el dolor,son sentimientos que tienen mala prensa y que los queremos exterminar lo antes posible.
Aunque yo pienso que aquí el problema no radica en transitarlos y mirarlos a la cara. Sino en NO QUERER sentirlos.
La tristeza es real y humana. Es el sentimiento que nos ayuda a dejar atrás y seguir.
Si nos permitimos atravesarla, vivirla,conectar con ella, irá pasando y nos iremos sintiendo auténticos y vivos.
Si la escondemos, incluso a nosotros mismos y la interrumpimos, estará latente y escondida, siguiendo viva en nuestro interior.
Desde la terapia o filosofia de vida que yo practico que es la Gestalt-sistémica, una de las premisas importantes es VIVIR LO QUE HAY TAL CUAL ES y darle validez
Así que si te das cuenta de que hay un sentimiento semi-escondido en tu interior y quieres darle paso, se valiente y VIVELO.
Ya que luchar contra nuestros sentimientos es lo que nos vuelve neuróticos.
El miedo al sufrimiento nos hace sufrir más.
Y si ves que por tí solo no puedes. Siempre habrá un buen amigo o terapeuta, que te pueda acompañar.
Ojalá así sea...
No hay comentarios:
Publicar un comentario